Pasaron las copas, pasaron las resacas...

...y queda esa sensación de "por qué lo volví a hacer?" Para abordar este tema con la seriedad que merece, hemos trabajado con un conjunto de amigos estudiosos en un trabajo de campo. Quisiera entonces compartir algunas primeras reflexiones:
Escabio : Sus fases y escenarios más probables.
Estudio basado en comprobaciones empíricas

En la mayoría de los casos estudiados (en los cuales han colaborado amigos entrañables) con la sola salvedad de aquellos en los que la ingesta es deliberada y preparada con cierta antelación (conocida como prepedo, angustia etílica y la recientemente descubierta tristeza motora) en donde las cantidades de líquidos y los tiempos de libación se aceleran geométricamente (se registran casos en Suecia de pedos producidos en menos de tres minutos) y donde además, no sirven las preclasificaciones de bebidas ni los estudios de ocasiones propicias que conocemos, seguramente, decíamos, ante la presencia de un pedo social o sociopedo, el lector podrá reconocer los siguientes escenarios:

ESCENARIO 1

Del distendimiento a la búsqueda de coraje o más familiarmente copeo.

En esta etapa asistimos generalmente, a la llegada del individuo al teatro de operaciones
(fiesta de quince, comunión, o simple asado entre amigos) y, por lo general, luego del reconocimiento del terreno, de la identificación inconsciente de lugares de descanso y puntos de apoyo que ayudarán luego a la estabilidad, se observan los primero sorbos, caracterizados por lo rápido, cortos y enérgicos, que actúan como dispersores de las presiones del día (la primera distinción que conviene hacer aquí es que esos sorbos difieren entre los tomadores que concurren a la reunión solos o en pareja, transformándose estos en sorbos más largos, algo desparejos y desordenados).
No se conocen demasiados trabajos que relacionen determinadas bebidas a determinados comportamientos, ni relaciones causa-efecto atribuibles en forma directa. Si es determinante en esta etapa, la historia alcohólica del individuo objeto de investigación.
Los síntomas más reconocibles en esta etapa son:

· Sonrisa fácil
· primeros meneos corporales
· irritación débil pero visible de los ojos
· En algunos casos, incipiente falta de control de movimientos básicos.

Pueden encontrarse también en esta etapa saludos muy efusivos a personas no tan cercanas o absolutamente desconocidas. Humedecimiento irreparable de labios. Tambaleo trémulo.

ESCENARIO 2

Exaltación de la amistad. Síndrome dale un beso a mi amigo.

Esta etapa se reconoce por la tendencia marcada a hacer las confesiones más íntimas a los ocasionales acompañantes, exageraciones conducentes a la exaltación de los gestos de amistad o hazañas deportivas y sexuales y gestos de solidaridad absolutas.
La corporización de estos gestos solidarios, también es una característica de este escenario.
El requisito básico que se observa en estos grupos, es que el conocimiento del otro se remonte a, por lo menos, un par de horas antes del desencadenamiento. También es aconsejable tener algún dato en común, como ser simpatizantes del mismo club de fútbol, gusto musical, etc.
En esta etapa se pueden observar, dependiendo de la personalidad del individuo, manoseos exagerados, abrazos efusivos, babeos, picazón (y frotamiento) de genitales, llanto repentino.

ESCENARIO 3

Cantos regionales

De esta etapa es muy difícil volver. El individuo se entrega de lleno a la recordación desordenada de la infancia y adolescencia, salpicando o hilando estos recuerdos con la entonación de cantos regionales, música de publicidades, música de series de TV (Bonanza es un clásico, acompañada por movimiento de jinete) algunos cantos de tribuna de fútbol invocando campeonatos pasados (los más violentos) y otros.
Si bien no podemos hablar de todos los casos, es muy común en esta etapa, debido a la necesidad de afecto, que se improvisen coros (siempre acompañados de un correlato físico, abrazos, etc.) y ademanes imitativos de cantantes famosos. Sandro suele ser el preferido, seguido por el famoso e inconfundible prprprprprprprrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!! del otrora Senador Ortega.
Podemos enfatizar que, si el individuo llegó acompañado, a esta altura ya ha sido abandonado y debe procurarse una digna vuelta al hogar.
Pueden darse, y es en la etapa que afloran, determinadas conductas antisociales, como por ejemplo en la vía pública el robo de gigantografías publicitarias, ataques varios contra la propiedad privada, daños a los frentes de las casas, orinar la vereda mientras se camina, etc. Es una etapa violenta.

ESCENARIO 4

Depresión, pico de pedo acompañado por profunda angustia. Pérdida de reconocimiento espacio-temporal.

Se evidencian en esta etapa los más tristes indicios de lo vivido.
Es un momento caracterizado por una desolación propia de película de Wenders.
Físicamente pueden evidenciarse convulsiones espasmódicas, sobrevenir una instancia vomitiva y profunda melancolía por lo perdido.
De aquí, definitivamente no se vuelve.
Son convenientes en esta etapa: Medicación adecuada y, sobre todas las cosas, un trabajo de recuperación emocional por parte de allegados.

ESCENARIO 5

Total alteración de facultades diferenciales. Fase final.

En este momento, sin duda el más delicado del proceso, coexisten anomalías muy complicadas, como pérdida de control de esfínteres, pérdida parcial del habla, imposibilidad de reconocimiento de familiares, desvanecimientos en la vía pública, etc.
En cualquiera de estos escenarios (que no necesariamente siempre llegan hasta el número 5) se observan matices diferenciales de a acuerdo a las características personales del individuo.
La promiscuidad es un tema excluido del análisis ya que los estudios demuestran, que solo es posible durante el escenario 2, donde todavía, existen respuestas físico-motoras mínimas.
Cada escenario excluye al otro, sin que puedan establecerse fronteras precisas entre uno y otro.
La duración del proceso (y de cada escenario en particular) es variada (hasta semanas).
No existen datos que vinculen ciertas bebidas a ciertos comportamientos, aunque abonamos desde este estudio la creencia acerca de que las bebidas dulces son más nocivas.

En el futuro, pueden entonces, citando este estudio, hablar de "se agarró una sbornia grado 3" ó me agarré una tranca grado 4" etc.

En la mayoría de los casos, en el último momento de lucidez observable, seguramene se escuchará la frase:

JURO QUE NO TOMO NUNCA MÁS EN MI VIDA.

Comentarios

Daniel Argüello ha dicho que…
A veces he padecido, y otras, he gozado de borracheras grado 5. De ninguna me acuerdo nada, después de pasar la frontera sin límite entre grado 3 y 4.
Y digo que soporté o disfruté, por lo que me cuentan que hice en ese tramo de mi vida ausente.
Generalmente, como es la de la escoba quién relata, el bochorno es mayúsculo, aunque con el correr de los años, esas anomalías se vuelven un tanto graciosas.
Ojo, que los pedos grado 5, a veces son benébolos, y hasta me animaría a decir, terapéuticos: mi último, de Noviembre de 2007, fue tan profundo, que estuve 2 días sin salir de la habitación, y fue tal la intoxicación que nunca más quise volver a fumar... hasta hoy.
el ne.

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