La centralidad de la canilla del lavabo

La centralidad de la canilla del lavabo

Heredé este negocio del hermano menor de mi padre, a quién, por esos malos hábitos familiares, yo le llevaba 5 años.
Lo que empezó casi como un juego, en mi adolescencia, se iría convirtiendo en mi sostén y mi pasión.
Mi viejo se fue joven y éramos demasiados como para distraernos en músicas y copetines, así que sin que nadie me lo indicara, a los 16 me puse por primera vez el mameluco que identificaba a “Bibiloni Hermanos, antigüedades”.
Tío Natalio iba al bulto. Era bueno tasando, convenciendo que no iban a sacar mejor precio en ningún lado, haciendo que no le interesaba nada de lo que veía y echando un ojo preciso sobre recuerdos con forma de mesas de luz o candelabros.
En esa húmeda parsimonia de los desarmes descubrí que a nadie en “Bibiloni Hermanos” le interesaban las bibliotecas.
Me las fueron dejando, al principio como un mal menor, ahora, con los años, como una fuente inagotable de nuevas ganancias impensadas.
Con el correr de esos meses ya no necesitaba el mameluco y podía llegar cuando todo había empezado. Había descubierto a mis 20 y pico, que me bastaba con una de esas exprimida hasta la cáscara cada dos o tres meses, para vivir sin sobresaltos todo el año.
Una felicidad triste descubrirse hecho tan en el amanecer de todo.
Un vacío pleno al fin y al cabo.
De esos años, tan lejanos y recordados como a los mundiales de fútbol, a los trancos, viene este fragmento de ese tratado que me resistí a vender a pesar de las ofertas que llegaron de los 4 puntos cardinales.
Unas 30 páginas de pura belleza.
De profundidad asombrosa.
De liturgia prodigiosa y sabiduría pagana.
Yo no desconocía los saberes prácticos, era bastante ducho en domesticidades, pero estas gigantes nimiedades se transformaron en un credo ineludible.
Así pude saber antes que otros con qué me encontraría en un hotel que no conocía, en ciertos restaurantes cuyas ventanas miran al sur, los microsegundos exactos de sonido antes que la púa toque la orquesta y qué escrituras y vaticinios deja la pulpa de la naranja recién exprimida en vaso largo.
Cuestiones prácticas, elementales, que de no saberlas a tiempo, hubieran hecho de mi vida un ir y venir de desorientaciones, una pérdida de energías sinsentido.
A mis 108 años estoy convencido que este texto, que conservé de cierta biblioteca de una familia sueca, que vivían en la calle Montevideo, es la razón de mi longevidad. No desperdicié energías en descubrir esos detalles que, amontonados en instantes, nos restan años de vida valiosísimos.
De entre todos, a modo de ejemplo, les comparto uno, quizá el que primero me llamó mi atención moza:
La centralidad de la canilla del lavabo

“…de esas observaciones, el profesor Culpin extrae conclusiones necesarias y lacerantes: Hay una confabulación internacional (no da más datos) de fabricantes de lavabos para entorpecer desde bien temprano, la vida de los habitantes”
“Semejante contundencia, analizada en sus tres últimos tratados, debe mantenernos alertas, no sabemos hasta donde podrían llegar con semejantes macabras invenciones, destinadas a insertarse en el seno de nuestras familias de la manera más insospechada y artera.” Decía un suelto del diario Crítica para el invierno de 1938
Colegios de Ingenieros, arquitectos, fabricantes de insumos para el toilette, encumbrados hombres de negocios se dejaron engañar por los agentes de este grupo que ha logrado que su osada intromisión, superara las barreras del tiempo, para instalarse entre nosotros definitivamente como un flagelo con el cual hemos aprendido a convivir.
Es difícil enumerar la enrome cantidad de crueldades que conlleva la instalación y uso de lavabos con canillas mal centradas (Ver figura) pero a los solos fines ilustrativos, compartimos algunas de ellas.
La canilla que describiremos, los males que esa mala instalación provocan, son aquellas canillas cuyo cogote es tan miserablemente corto, que su desembocadura apenas se separa de la pared posterior de la bacha. Es decir, por más que se esmere el chorro del líquido y vital elemento, nunca hará centro en el sumidero. Y si este chorro fuera débil (como sucede en Almagro) no podrá evitarse el contacto casi con la mencionada pared posterior.
Las consecuencias de este adefesio, de esta malformación sanitaria, son innúmeras:

·         Arrinconamiento, de las manos contra la pared posterior. Esta puede estar fría en las mañanas, áspera o solo generar molestia en los nudillos al golpetearla (Med. Sindrome de Rivero)
·         Frustración repentina e involuntaria imperceptible por la falta aparente de puntería para atinar al centro de la pileta (como si no fuera hecho a propósito)
·         Incomodidad manifiesta por falta de espacio vital para la correcta higiene de las manos (mucho más si intentamos por ejemplo higienizar otras partes de la anatomía) lo que produce un efecto encierro, asfixia innecesaria y trastornos de la motricidad fina.
·         Sensación de falta de libertad
·         Restricción de área de lavado, muy importante por ejemplo en el contraste que produce en familias adineradas, de buen pasar económico, que poseen cuartos de baño de más de 25m2 (muy comunes en la zona de Retiro o Recoleta) que contrastan con la superficie destinada al área manos
·         En estudios realizados durante epidemias en la ciudad, que requerían de un profuso lavado de manos para evitar transmisiones por esa vía, la escasa maniobrabilidad produjo aceleraciones de contagio comunitario
·         Aberraciones de diseño (un espíritu demoledor y un error académico de proporciones épicas pudieron permitir que un engendro semejante fuera una continuidad estética a lo largo de los años) sin solución histórica. La pregunta debería ser “¿no se dieron cuenta?” es evidente que si, que detrás de la inocente violencia constructiva hay otros intereses.
·         La modernidad fue en evidente detrimento agravando el problema*
·         Por muchos años se discutió en logias de diversa naturaleza, si parte del problema no tenía que ver con algún tipo de ahorro de materiales, motivado por alguna guerra, que impidió que las canillas desplieguen su recorrido pleno
·         En Buenos Aires solamente, de acuerdo a trabajos realizados por la Sociedad de Libres y Aceptados Plomeros, el porcentaje de canillas mal entrazadas llega a 87% en la zona urbana
·         Durante el peronismo, auge de la movilidad social ascendente, se comprobó también un dato alarmante, el engendro diferencia clases sociales, es verificable en baños de Remedios de Escalada y de Monserrat
·         Si bien sin datos fehacientes, entendemos que por razones de zozobra y reputación, hay desgarradoras confesiones de pacientes de acromegalia (gigantismo), contando con detalles angustiantes las vejaciones a las que están sometidos cuando visitan baños ajenos.
·         Tiburcio Pesc (uno de los fundadores de Pescadas) desapareció misteriosamente en la primavera del año 44, cerca del Riachuelo, cuando libraba una batalla en contra de su hermano para la patente de su canilla extra larga. Se desconoce siquiera el paradero de esos esmerados planos.
·         Se conocen enérgicas batallas legales de fabricantes escandinavos de jabones líquidos, de gran difusión en los años 60, ya que con dichas canillas es imposible realizar el efecto cuenco, necesario para la correcta aplicación y aprovechamiento del producto
·         Pr último, conocemos al menos tres enjundiosos trabajos de la sociedad internacional de psicología, en el que advierten sobre los riesgos que conlleva la imposibilidad de mirarse en el espejo mientras se realiza el lavado. “Estudios sobre el no reconocimiento del yo en la era de las canillas cortas y otros factores disruptivos”  se llama el trabajo del doctor Ferdinand De la Ruá al respecto.



*NdA: este texto fue hallado por el año 1956 y al momento de referir estas memorias, corre el año 2016 en el que nos encontramos (salgo muy poco ya pero tengo referencias precisas) con lavabos con formatos extraños en los que a menudo es muy difícil identificar siquiera de dónde vendrá el agua

Comentarios

Unknown ha dicho que…

Brilante. Deliciosas contraposiciones y una lista de antología. Mis felicitaciones.

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