Parole, parole, parole

Golpean como en el flipper, en las paredes de mi cerebro yendo y viniendo, encendiendo lucecitas, tildando la maquinaria. Son palabras. Palabras como señaladores de páginas de la historia.

Y las hay nuevas todo el tiempo. Y traen el perfume de momentos inolvidables, o demasiado olvidables.

Parapetados, no puede ser otra cosa que un milico detrás de una columna de la recova de Paseo Colón en la toma del edificio Libertador por los carapintadas.

Presea solo la usamos en tiempos de olimpíadas.

Y descahcarrar. A descaharrar a descacharrar, cantará un uruguayo. Descacharrar, vaciar de cacharros la piecita del fondo, olerá a dengue de por vida.

GAP/Marzo 2009

Comentarios

Entradas populares